En Estados Unidos, implementarán inteligencia artificial en los bancos con sistemas de reconocimiento facial en las cámaras de sus sucursales. El objetivo es analizar los patrones de comportamiento general, tanto en los clientes como en los empleados. 

En la práctica, las cámaras analizan las preferencias de los clientes y monitorean a los trabajadores. Este ‘software’ se aplicaría para reemplazar medidas de autenticación menos seguras. Esta tecnología también podría detectar a personas que figuran en las listas de vigilancia del gobierno. 

Desde ya, que los desarrollos tecnológicos son posibilidades de lograr mayor eficiencia en la realización de las tareas. Pero no hay que perder de vista, que estamos mediando funciones con tecnología, es decir, le estamos dando a la tecnología el poder de tomar algunas decisiones. En este punto es importante pensar que ese sistema fue entrenado con una base de datos. Hay que tener en cuenta cuáles son esos datos con los que se le enseña al sistema, si están representadas todos los perfiles de las personas. 

Y como mención aparte, tenemos que pensar en ese viejo y conocido panóptico que todo lo sabe y todo lo ve. Qué pasa con estos sistemas de videovigilancia constante que controlan y estudian nuestros movimientos. ¿Les dimos permiso para tomar nuestros datos? Y además, quién observa esas cámaras, qué hace con esos datos… Nuevos planteos que vienen con nuevas tecnologías…

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