El Ministerio de Infancia e Igualdad de Noruega aprobó una ley que prohibirá a los influencers y a los anunciantes publicar imágenes retocadas sin incluir una etiqueta que determine que pasaron por un filtro o un programa de edición de fotografías.
Esta normativa busca terminar con lo que consideran publicidad engañosa y los estándares de belleza que tantos problemas de autoestima e inseguridades ocasionan entre los consumidores de las redes sociales, afectando especialmente a jóvenes y adolescentes con expectativas irreales.
La medida también afecta a los carteles publicitarios que se usan en las calles, y a los avisos en revistas y diarios. Involucra a todas las publicaciones compartidas con fines publicitarios, sin importar la plataforma.
La normativa incluye los retoques en la piel, que muchas veces se pone más lisas o sin imperfecciones, pero también a otras partes del cuerpo, como labios con más volumen, narices refinadas, o curvas más o menos pronunciadas en cintura, glúteos o pechos.
La medida se suma a otra lanzada en el Reino Unido en febrero, con la campaña #FilterDrop (fuera filtros), que inició una maquilladora y modelo de ese país, Sasha Pallari, para mostrar el uso que le dan a esta herramientas marcas e influencers.
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En Francia, desde 2017, una ley obliga a las publicaciones de moda y otros sectores a aclarar si una imagen está modificada con Photoshop. Y el banco de imágenes Getty Images también se sumó a esta movida, eliminando de su base de datos las fotos de modelos que fueron retocadas.
En esa línea, en octubre de 2019 Instagram decidió eliminar los filtros que imitan cirugías estéticas. En este sentido también se puntualiza en las palabras que se usa para denominar estas intervenciones, como “embellecer” por ejemplo.
¿Vos te animás a publicar hoy sin filtro? El cambio empieza por uno.