Marcela Marcolini es directora, guionista y docente. Para ella, es esencial contar con una base sólida en la escritura audiovisual, ya que la experiencia permite adaptarse con mayor facilidad a los distintos formatos. En una era marcada por el auge de las plataformas de streaming y la irrupción de la inteligencia artificial, Marcolini reflexiona sobre cómo el cine ha trascendido sus límites tradicionales, adaptándose a nuevos formatos y dispositivos digitales. La narrativa audiovisual se encuentra en constante transformación, donde la capacidad de ajustar el contenido al medio es fundamental en una época donde las pantallas de los dispositivos digitales imponen nuevas reglas y ritmos, adaptándose a los nuevos dispositivos y plataformas que moldean el discurso. 

 

 

La producción audiovisual para las plataformas demanda una escritura fragmentada y concisa. Marcolini señala que las plataformas requieren de formatos más cortos, capaces de captar la atención del público en pocos minutos. Ya que, los tiempos actuales obligan a las producciones audiovisuales a mezclar y optimizar lo que pueden transmitir, buscando siempre nuevas herramientas para mantener el interés del espectador en un entorno saturado de contenidos.

Además, la inteligencia artificial ha abierto un debate en el ámbito cinematográfico, no sólo en términos creativos, sino también legales. La guionista plantea interrogantes sobre los límites de su uso, destacando que esta tecnología, por ejemplo, permite crear elencos para películas inexistentes. En Estados Unidos, las asociaciones de guionistas han logrado establecer restricciones sobre los derechos de autor en obras generadas por inteligencia artificial, garantizando que los guiones presentados como trabajos legítimos sean producto del esfuerzo humano y no de un algoritmo. Este es un paso crucial para proteger la integridad del oficio en una industria en rápida evolución.